Hoy os dejamos por aquí diferentes reseñas de “El hombre que salvó los cerezos” de Naoko Abe, la segunda lectura de nuestro club de este curso.
RESEÑA Nº1
Programado dende o comezo deste curso 2023/24, El hombre que salvo los cerezos, da periodista e escritora xaponesa Naoko Abe, foi o elixido para a súa lectura e intercambio de impresións de cara á segunda reunión do Clube de Lectura de Literatura Xaponesa, que celebramos o pasado mércores 13 de marzo de 2024. E é precisamente con este título co que Abe acadou en 2016 o prestixioso “Premio Nihon Essayist Club”.
No tocante á estruturación do libro, observamos que consta de 435 páxinas coa seguinte orde:
Unha adicatoria ao pai de Abe.
Un poema introductorio moi acertadamente escollido do poeta xaponés, Saigyo (西行 [さいぎょう]) que ademais, pola súa alusión á lúa, nos enlaza ao primeiro título lido este curso Luna de papel de Mitsuyo Kakuta.
Un mapa de Xapón, algo sempre de agradecer para remitirse a este ao longo das diferentes referencias xeográficas durante a lectura.
Un breve prólogo, apenas unha páxina de extensión, pero tremendamente oportuno e revelador do que se verá ao longo do libro.
Unha introdución de 11 páxinas que xa nos adianta a capital importancia que ten a árbore da cerdeira na cultura xaponesa, e en xeral, e no comezo das grandes etapas da vida da autora, en particular.
O contido do ensaio, propiamente dito, clasificado en 7 partes máis un epílogo (unhas 345 páxinas), que relatan a vida do británico Collingwood Ingram e o seu vital rol na recuperación de varias especies da cerdeira xaponesa, especialmente do tipo Taihaku (grande branco):
Primera parte: “El nacimiento de un sueño”
Segunda parte: “Crear y coleccionar”
Tercera parte: “Salvar la Sakura”
Cuarta parte: “El Taihaku vuelve a casa”
Quinta parte: “Flores que caen”
Sexta parte: “Sombras tenebrosas”
Séptima parte: “Cerezos de reconciliación”
Epílogo
Un apéndice “A” ás principais variedades de cerdeira (2 páxinas).
Un apêndice “B” a lugares de contemplación da cerdeira a nivel internacional (4 páxinas).
Relación ordeada de Notas aparecidas ao longo do libro (18 páxinas).
Bibliografía (6 páxinas).
Agradecementos (4 páxinas).
Índice onomástico e temático (23 páxinas).
Lista de ilustracións (5 páxinas).
Índice.
Con esta proposta de lectura, aparentemente atrevida por tratarse do xénero ensaístico, a organización deste Clube volta sorprendernos gratamente. E é que, trala súa lectura non queda lugar á dúbida de que quizáis debera formar parte da bibliografia obrigatoria de calquera persoa aficionada amante da botánica e/ou perfil de estudante de calquera rama das Ciencias da Natureza.
Pero é que, ademais disto, é un libro inesperadamente ameno para calquera persoa lectora profana e que se achegue a este sen máis expectativa ca dunha lectura con enfoque ocioso.
Resulta curioso o coñecemento de diferentes aspectos do inglés Collingwood Ingram e a súa determinante intervención na salvagarda de diferentes variedades da cerdeira xaponesa.
Así mesmo, resulta, cando menos chamativo, o asombroso descubrimento de como esta árbore forma parte e está tan profundamente vencellada e arraigada na cultura, historia e mentalidade niponas. Ao reparar nisto, recoñezo que foi cando realmente fun consciente de que este libro debera ser de obrigada lectura para calquera persoa que estea interesada na cultura xaponesa, dado que axuda a comprender de xeito claro e fundamentado o referido anteriormente; toda unha grata revelación.
Nese senso, mais no outro lado da moeda, apréciase como se pretende -e se consegue- modelar a concepción da cerdeira na mentalidade xaponesa segundo o momento e contexto históricos, como por exemplo con fins nacionalistas patrióticos do eido militar, como se ve no contexto bélico da “Segunda Guerra Mundial”.
Para finalizar, quixera agradecerlle á organización do clube de lectura a oportuna elección deste libro, o cal recomendo encarecidamente a aquel/a que desexe comprender un pouco máis a cultura xaponesa, polo que non podía estar máis satisfeito de que este título forme xa parte da miña biblioteca particular.
RESEÑA Nº2
Este libro, que es más bien un libro biográfico e histórico en el que se nos cuenta la simbología y la historia de los cerezos japoneses ( la flor nacional), nos cuenta la historia de Collingwood Ingram , el británico al que le debemos que este árbol se salvase de las diversas catástrofes que han asolado Japón durante los últimos años incluida la Segunda Guerra Mundial.
¿No os parece curioso que algo como el sakura (cerezo japonés) siendo un símbolo de su país haya sido salvado por un extranjero?
El libro tiene ilustraciones y fotos que acompañan la lectura para diferenciar los diferentes tipos de cerezos y entender mejor la historia.
Creo que no es un libro apto para cualquiera porque aunque es verdad que está escrito con una pluma brillante, se puede hacer pesado en ciertos momentos, al fin y al cabo no es una historia como tal si no una biografia. Pero si os gusta la historia, la botánica, sois fans de Japón y sus costumbres o os llama la atención este libro lo vais a disfrutar.
¿No os parece preciosa la flor japonesa?
RESEÑA Nº3
Una biografía de un hombre fascinante
nacido en el seno de una familia inglesa privilegiada
el 30 de octubre de 1880, el mismo día que
Hokusai, su admirado pintor, aunque con una diferencia de 120 años.
Nace enfermizo y no va a la escuela
sin embargo vive 102 años con plenitud hasta el fin.
Se interesó en su adolescencia por la ornitología y
la sustituyó después por la horticultura al quedar fascinado
en un viaje a Japón por las múltiples variedades
de cerezos existentes, unas 250.
Un relato hermoso.
Escrito con cariño y elegancia.
Con gran cantidad de información botánica e histórica,
una labor exhaustiva de investigación.
Cuando lo acabas de leer
Sientes ganas de plantar un cerezo y
amas los cerezos.
Bravo Collingwood Ingram
Brava Naoko Abe.
RESEÑA Nº4
Supongo que los cerezos, para los japoneses, han se ser algo así como la paella para los valencianos o el flamenco para los andaluces. Y supongo que la mayoría de nosotros, cuando nos hablan de Japón, nos viene a la mente la imagen de una flor de un cerezo. Es normal, pues, en un club de lectura de xaponés, leer un libro que trate sobre los cerezos escrito por una periodista japonesa. Lo que ya no encaja tanto es que el protagonista sea un occidental, un inglés llamado Collingwood Ingram (1880-1981) un apasionado de la botánica y de los cerezos; sin él no sabemos qué hubiera sido hoy de uno de los símbolos más representativos de la cultura japonesa, porque fue él el que se encargó de recuperar la repentina desaparición de estas flores como consecuencia del abandono y descuido que sufrieron los cerezos ornamentales en la segunda mitad del siglo XIX. Sin duda, su vida acomodada ―procedía de una familia rica― le permitió dedicarse de lleno a lo que más le gustaba, llegando a ser, en 1926, una autoridad mundial en cerezos japonesas. Cuando uno lee la vida de una persona tan importante como ha sido Collingwood Ingram, siente la necesidad de imitarlo, de hacer algo importante que perdure en el tiempo. No encontré, en la zona donde vivo, cerezos ornamentales, pero sí de los que dan frutos. Y aproveché que tengo una pequeña finca para plantar tres árboles, como agradecimiento a lo que él hizo con tanta devoción. El libro está muy bien escrito, bien documentado y con mucha información; además de una magnífica biografía parece un tratado de botánica y podría servir como tesis para obtener el doctorado por alguna prestigiosa universidad de Japón o del Reino Unido. Se requiere paciencia y mucha concentración en la lectura para no perderse con los nombres de las múltiples variedades de cerezos. Es de justicia que su autora, Naoko Abe, haya recibido en Japón el prestigioso Premio Nihon Essayist Club 2016 por la publicación de este libro.
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